Seguidores

19.4.09

Rocamadour


En mi otra vida fui humorista y firmaba Fati. Ya te dije, mientras estamos vivos nacemos y morimos varias veces.
Fue entonces cuando hice estas 36 tiras de un personaje llamado Rocamadour. Este nombre surgió de Rayuela, una novela de Julio Cortazar que por entonces era mi Biblia.
El núcleo central de la idea es un inventor en la edad de piedra.

El dibujo es bastante torpe y la identidad de los personajes está dada por la altura antes que por los rasgos.
Trabajaba con pincel y tinta, me gustaba el contraste del blanco y negro rotundo y la síntesis que esto implica
.

Estos dibujos fueron una de las últimas cosas que hice en Mendoza antes de emigrar a Buenos Aires, imaginate un provinciano ingenuo, que llega a la capital con los bolsillos vacíos y una carpeta atiborrada de dibujos y expectativas.
Había una larguísima fila de puertas por golpear.


Mi primer intento fue publicar en el diario Clarín. Les interesó pero me pidieron que la dibujara con pluma, ya que el trazo del pincel era muy fuerte y mi tira contrastaba mucho en la página de historietas.
Probé hacerlo pero perdía el encanto del brochazo espontáneo, desistí.

A fines de los setenta comenzaron a publicarlas en una revista de humor llamada Tía Vicenta que dirigía Landrú.
Cada tanto, cuando ordeno mi planera, me rencuentro con estas tiras; extrañamente me siguen gustando, cosa que no me pasa con casi nada de lo que hice.
Tienen las huellas del maltrato que sufrieron durante la publicación, manchas de pegamento o indicaciones con lápiz azul (cosas que sucedían cuando publicabas en la edad de piedra.)

Si bien el humor es una cosa que cambia mucho con la época, hay una base que permanece inalterable. Tal vez, estas tiras se lean mejor hoy que 30 años atrás. No sé, eso tenés que decirlo vos.