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24.3.14

EL PROCESO



Durante mi servicio militar, me extrañaba la obsesiva pulcritud de los uniformados, en los jardines no podía existir una hoja seca sobre el césped, los árboles eran pintados en el tronco de blanco, igual que las piedras que marcaban los senderos,. Cuando salíamos del cuartel, en la guardia, a veces nos revisaban si estábamos afeitados, no les bastaba mirar sino que pasaban un papel a contrapelo y si sonaba, sonabas, te prohibían salir.
Esto seguramente estuvo en mi inconciente cuando realizaba, algunos años después, este dibujo. Fue a fines del llamado Proceso, lo publicaron en la revista Feriado Nacional.

Este hoy, este instante,  está hecho con el ayer, y tiene parte de mañana.
Por eso, no está mal recordar, o mejor, tener memoria.
Aunque haya transcurrido una buena porción de tiempo, somos muchos los que padecimos aquellos años oscuros. Kafka lo contó mucho antes de que sucediera, en su novela “El proceso”. Esto que transcribo no lo escribió Kafka, pero seguramente podría haber estado en su libro, es el comienzo del acta de expulsión de un grupo de alumnos de la facultad de Artes Plásticas, como era de esperar, encabezo la lista.
“Visto: el propósito y objetivos básicos del Proceso de reorganización Nacional, considerando, que resulta prioritario erradicar la subversión y las causas que favorecen su existencia; que consecuentemente, debe sancionarse adecuadamente a aquellos alumnos que, por las actividades que han desarrollado se los considera como elementos disociadores o factores reales o potenciales de perturbación del proceso en desarrollo:
Por ello, en uso de sus atribuciones, EL RECTOR INTERVENTOR DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE CUYO RESUELVE: Artículo 1ª- Expulsar de esta Universidad a los siguientes alumnos…”